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flamencos como descanso en su ruta migratoria. Conocida como Purple Island por el tinte púrpura que aquí se fabricaba y teñía sus aguas, la isla es ahora un remanso de paz y belleza que puede recorrerse en canoa. LA CULTURA POR BANDERA Cierto es que Catar atrae por ese alarde arquitectónico que brota del dinero, pero el país es mucho más Como una rosa del desierto gigante, el imponente Museo Nacional de Catar alberga en sus 40.000 metros cuadrados buena parte del patrimonio cultural catarí. Inspirado en la Sabil, la fuente de abluciones de la mezquita de Ahmad Ibn Tulun de El Cairo, el Museo de Arte Islámico ofrece un recorrido por14 siglos de arte islámico y objetos de todo el mundo. DESCUBRIR EL DESIERTO El desierto conforma la vida y cultura de Catar. Su arena y sus dunas son parte de su historia y, por tanto, debe visitarse. Ya solo el tacto de la arena entre los dedos, tan distinto, merece la experiencia. Pero en un país donde todo es posible, disfrutar del desierto adquiere otra dimensión: campamentos tradicionales, safaris en 4x4, paseos en camello, sandboard... En Catar no existe lo imposible. que la exhibición del lujo extremo. Sabiamente, se han preocupado por hacerse con una más que interesante oferta cultural y, así, los numerosos museos de la capital catarí albergan valiosas colecciones sobre la historia y el patrimonio del emirato, tanto de su más lejana antigüedad como del arte más moderno. Sin embargo, fuera de los edificios museísticos de exhuberante arquitectura, uno de los puntos culturales de mayor éxito está, cómo no, en pleno desierto. En Zekreet, entre las formaciones rocosas de Ras Abrouq, se elevan las cuatro enormes placas de acero de 14 metros de alto que forman la instalación East-West/West-East, de Richard Serra. Allí puestas, cuentan, en recuerdo del lugar preferido del anterior emir. LOOK YOUR STYLE | DICIEMBRE 2022 115