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 los movimientos naturales que reali- zamos a lo largo de la vida puede ir “cediendo” y hacer que vaya ca- yendo poco a poco. Estos cambios pueden influir en que se marquen est- rías más o menos pronunciadas. Para prevenir su aparición o evitar que vayan a más y se queden señaladas hay que contar en la rutina diaria con cremas hidratantes y nutritivas que USAR UN SUJETADOR PARA DOMIR NO TIENE RELEVANCIA MÁS ALLÁ DE LA COMODIDAD QUE APORTE, SALVO EN MOMENTOS COMO LA MATERNIDAD O CIRUGÍAS DE PECHO. mantengan la piel en las mejores condiciones. Otra de sus caracte- rísticas es que se trata de un área con una gran superficie y que suele estar bastante expuesta al exterior, por lo que, si no se protege adecua- damente es posible que se llene de Al dormir... ¿Con o sin sujetador? “Solo lo recomendamos en momentos puntuales, como en la lactancia, después de una operación de aumento o disminución de pecho o tras una mastectomía, aunque siempre siguiendo las indicaciones del cirujano”, explica Piedad Zamora, CEO de Lacorsetera. En caso de optar por usarlo por la noche, “en general, el más adecuado sería sin costura, aros ni ballenas; y, durante la lactancia, de algodón o de microfibras suaves”, añade. Grandes, muy pequeños, desiguales, con forma tuberosa, de pezones oscuros o diminutos... Cada mujer tiene un pecho tan úni- co como ella misma. Lejos quedan las imágenes de senos perfectos, turgentes y redondeados que pre- dominaban hasta hace pocos años y empezamos a hacernos “amigas” de nuestras mamas, aceptando la belleza de su singularidad. En sí, se trata de unas glándulas rodeadas por grasa, tejido conjuntivo y piel, factores que tienen que ver también con su aspecto. En el primer caso, un aumento o disminución de la grasa corporal se refleja rápidamente en el tamaño y la forma de nuestro pe- cho. Por eso es de las primeras zonas del cuerpo que cambia tanto si nos ponemos a dieta como si sumamos algún que otro kilo. En el caso de la piel, al tener que sujetar su peso y    Hola, hormonas Hay tres grandes momentos en los que el cuerpo de una mujer se ve sometido a una auténtica catarata hormonal que lo cambia completamente y entre las zonas más afectadas se encuentra el pecho. El primero de ellos es la menarquía, es decir, la aparición de primera menstruación, que viene precedido de un largo periodo de tiempo en el que las mamas comienzan a crecer. El último es precisamente el contrario: la desaparición de la regla con la menopausia. Y, entre ambos, los posibles embarazos y lactancias que lo alteran radicalmente y en menos tiempo.  LOOK YOUR STYLE | SEPTIEMBRE 2022 83 


































































































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