Page 56 - Look Your Style Marzo 2019
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La piel es el órgano más grande del cuerpo y uno de los más sensibles a los cambios que se producen en nuestro entorno y estilo de vida. Por eso, cualquier
pequeño exceso que cometamos puede ir dejando huella en ella
y, por tanto, en el aspecto que tenemos. Una de las razones de que esto ocurra es que factores como el tabaco, el alcohol, la mala alimentación o la falta de sueño desencadenan la formación de radicales libres que, entre otros efectos, deterioran la piel.
La buena noticia es que es relativamente sencillo compensar los daños que van causando
los pequeños malos hábitos que podemos tener. Para empezar,
hay que recuperar las buenas costumbres lo antes posible: dieta equilibrada, ejercicio moderado, beber abundante agua a lo largo del día y dormir entre seis y ocho horas. Esto último puede ser un problema en muchos casos debido a complicaciones añadidas como el estrés, los cambios de hora
o los de estación, como ocurre especialmente en primavera.
Curiosamente, el cambio de estación afecta principalmente a las mujeres de entre 35 y 50 años, ya que el aumento de las horas de sol reduce la producción de melatonina, y por eso cuesta más dormir.
Si, además, tenemos la mala suerte de compartir cama con alguien que ronca con fuerza, el problema se complica.
De nuevo el fumar (irrita la garganta) y el beber alcohol antes de ir a la cama (relaja los músculos de la boca y el cuello y favorece el ronquido) son dos de los factores que empeoran esta situación.
Cuidado con el alcohol
Los excesos con las bebidas alcohólicas, especialmente si tomamos destilados como ron, vodka, whisky, etc, inciden directamente en nuestro aspecto. Uno de
los efectos más evidentes
es el color amarillento que suelen tener las caras de las personas que sufren algún
daño hepático. Además, impide que el cuerpo sintetice algunas sustancias imprescindibles para su buen funcionamiento, como la vitamina D, y reduce el riego sanguíneo, por lo que llegan menos nutrientes a la piel. Por eso acelera el envejecimiento prematuro.
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LOOK YOUR STYLE | MARZO 2019
Corpore Sano
LOS BENEFICIOS DE BAILAR GASTAS CALORÍAS. Es, sin duda, una de las formas más efectivas de activar el
metabolismo y elevar el gasto calórico del organismo.
TONIFICA. Una buena sesión de danza, del estilo que prefieras, pone en marcha a gran parte de la estructura muscular y ósea del organismo. No hay más que fijarse en los bailarines profesionales: tienen un cuerpo de acero. Además potencia la coordinación, mejora la elasticidad, fortalece el sistema cardiorrespiratorio...
ALEGRA. Es prácticamente imposible no sonreír, cantar y disfrutar cuando te pones en movimiento al son de una buena música. Y, especialmente, si estás en buena compañía.













































































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