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La historia de la abadía de Kylemore, en el parque nacional de Connemara, está ligada a la tragedia de la 2rica familia inglesa que la construyó. LOS CASTILLOS constitu- yen uno de los elementos más característicos del paisaje irlandés. Tanto, que se calcula que toda- vía se conservan más de 3000 diseminados a lo largo y an- cho de todo el país. Muchos de ellos han conseguido mantener su silueta, y prácticamente todos guardan histo- rias misteriosas, mitos y hasta leyen- das románticas. Como el de Ballyna- hinch, donde vivió Grace O’Malley, una reina pirata; o el de Tullynally, relacionado con la Leyenda de Lir, una historia de amor, celos y magia y una de las más queridas por los irlandeses. Incluso se dice que está construido en “tierra de cuento de hadas”, aunque hoy alberga con- ciertos y ferias de botánica. De arriba a abajo, el castillo de Birr, que conserva el telescopio Leviathan, el mayor del mundo durante siglos; el castillo del Rey Juan, a orillas del río Shannon, es uno de los que mejor se conservan. El de Trim, con su enorme torreón de 20 caras, fue el escenario de Braveheart. 3 la enorme riqueza que producen sus campos y sus costas, que los surten de carnes de ternera y cordero de gran calidad y pescados y maris- cos frescos, principalmente salmón y bacalao (lo habitual es tomarlos ahumados), ostras y mejillones. Entre sus platos típicos, la morcilla negra y blanca, la sopa de pescado y maris- co, el estofado o los guisos a base de patata, siempre presente en las mesas irlandesas. Una de las mejores mane- ras de descubrir su gastronomía es participar en los diversos festivales gastronómicos que se suelen organi- zar en ciudades como Connemara o recorrer sus mercados tradicionales. 92 LOOK YOUR STYLE | MARZO 2020 LA GASTRONOMÍA irlan- desa gira alrededor de los clásicos pubs con sus pintas de cremosa cer- veza negra, su infinita variedad de whiskies y MEJOR CON AMIGOS Independientemente de que te guste la cerveza o no, hay que dedicar un momento a disfrutar de una de las bebidas más típicas del país. Y, a ser posible, en uno de los innumerables pubs típicos que recorren sus calles. Los mejores lugares, también, donde tomar el pulso a la alegría de sus gentes, vibrar con su música celta y sorprenderse con la vitalidad de sus bailes típicos. viajando Vivir el tiempo