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DUBROVNIK Escondida entre las laderas del monte Srd, poblado de robles que dieron su nombre actual a la antaño altiva república de Ragusa (dubrava significa bosque de robles), Dubrovnik es una joya cuyos monumentos nos hablan de un pasado tan glorioso como convulso, incluso hasta las mismas puertas del siglo XXI. Con una historia que se remonta al siglo VII, cuando los habitantes de Epidauro se refugiaron aquí huyendo de invasiones eslavas, Dubrovnik logró convertirse en los siglos XV y XVI en una potencia marítima y competir directamente con la poderosísima Venecia en el control de las rutas mediterráneas. Fruto de aquella época, la entonces Ragusa conserva espledorosos monumentos. A pesar del terrible terremoto de 1667, que destruyó muchos edificios, y de los brutales bombardeos de comienzos de los años 90 de la guerra de los Balcanes, atravesar sus imponentes murallas de 25 metros de altura por la puerta de Pile y recorrer la Placa, la calle principal de grandes losas de piedra pulida por el tiempo y el paso de los ciudadanos, hasta la plaza Luza (plaza de la Logia) es dar un salto en el tiempo, contemplando palacios góticos, renacentistas y barrocos, soberbias iglesias con columnas y escalinatas, fuentes públicas y un monasterio franciscano cuya farmacia funciona desde 1317. Allí aguarda el magnífico palacio Sponza, centro económico de la otrora poderosa Ragusa, y uno de los pocos Para recuperarse de los estragos que causó la guerra en la región en la década de 1990, la ciudad se ha beneficiado de un importante programa de restauración coordinado por la UNESCO. HOTEL GRAND VILLA ARGENTINA Situado en un escarpado acantilado, rodeado de antiguos vestigios arquitectónicos, este hotel se encuentra a solo diez minutos a pie del casco histórico. Ofrece unas vistas panorámicas increíbles de la ciudad, incluso desde la recepción. Con exuberantes jardines dispuestos en terrazas, cuenta con acceso directo a la playa, además de piscina de agua salada (adriaticluxuryhotels.com). RESTAURANTE NAUTIKA Al borde mismo del mar, junto a la entrada occidental del casco antiguo de Dubrovnik, desde sus singulares terrazas se disfruta de unas vistas únicas del Adriático y de las fortalezas de Lovrijenac y Bokar mientras se degusta un menú de inspiración marina. (nautikarestaurants.com). edificios que sobrevivió al terremoto, y la iglesia de San Blas, patrón de la ciudad. En el centro de la plaza se levanta la columna de Orlando, puesto que según la leyenda el caballero medieval liberó la ciudad asediada por los sarracenos. Contemplar la ciudad desde las alturas es un placer que no debe perderse, bien sea recorriendo los dos kilómetros de las murallas, como guardias de la antigua Ragusa, o bien subiendo al teleférico hasta la cima del monte Srd. LOOK YOUR STYLE | JUNIO 2023 95